ICCCI Prensa Julio – 1701

25-07-17  ¿Es el cambio climático una amenaza para las empresas?

Artículo publicado en Diario GESTIÓN

En su planeamiento estratégico, las empresas analizan las oportunidades y amenazas, en plazos de tres a cinco años. El enfoque en la rápida dinámica de los mercados no permite considerar situaciones causadas por procesos lentos cuyos efectos se sentirán en 20 o 30 años. Si bien dichas situaciones parecen lejanas e imprevisibles, hay algo real y que ya estamos midiendo: un sostenido calentamiento de la atmósfera que cambia los patrones de precipitación, presión, humedad y vientos, al que llamamos cambio climático.

Aunque hay algunos escépticos que pueden dar pretexto para decisiones políticas, como el retiro de los Estados Unidos del Acuerdo de París, el proceso está fuertemente sustentado por miles de estudios científicos compilados y publicados por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), cuerpo científico acreditado por la Organización de las Naciones Unidas.

La tierra ha conocido fuertes cambios climáticos naturales, durante su historia como planeta. Hace 56 millones de años, la temperatura global superó los 14º sobre la actual causando severas modificaciones del ambiente y una extinción masiva de especies vivas. En su breve estadía en la Tierra, el hombre ha presenciado, solo en el último millón de años, una decena de ciclos glacial-interglacial en que casquetes de hielo de más de mil metros de grosor cubrieron grandes extensiones de los continentes, el mar bajó más de 100 metros y subió hasta algo más del nivel actual.

Los registros muestran que el calentamiento en los últimos 100 años está influenciado por las actividades humanas, en coincidencia con el incremento de CO2, NH4, N2O (gases de efecto invernadero) en la atmósfera. El Acuerdo de París, suscrito por 195 países en el año 2015, pretende mantener el incremento de la temperatura media global bien por debajo de 2ºC, respecto a la temperatura previa al año 1900. Dos grados pueden parecer poco, pero los impactos negativos serían muy graves; escasa disponibilidad de agua, desertificación, pérdida de biodiversidad, plagas y epidemias e intensificación de fenómenos hidroclimáticos extremos: inundaciones y sequías.

El sector productivo en agricultura, minería, hidrocarburos, energía, pesca, transformación y otros debería plantearse escenarios a fin de conducir procesos de adaptación como cambios de matriz energética e innovación de procesos productivos que les permitan perdurar en el futuro.

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